sábado, 26 de abril de 2014
BEIJING, CHINA
Amanecí en Beijing, en un tren nocturno, luego de once horas de viaje. Esto siempre me despierta ansiedad, curiosidad, por descubrir nuevos paisajes, nuevos medios de transporte, sabores, olores,costumbres, personas, me hace sentir realmente feliz con todos mis sentidos alerta.
Así fue que mapa en mano traté junto a mis compañeros de ubicarme para luego encontrar mi hostel ya reservamos lugares diferentes aunque muy cerca, en mi caso: Beijing Leo Hostel. Estaba muy lluvioso así que tomamos un metro, pero al hacer la segunda combinación nos fue imposible porque había muchísima gente haciendo filas para subir (Lo cual es algo frecuente en algunas líneas), y, si bien tienen una frecuencia muy alta, algo así como un metro cada dos minutos, llegaban repletos de gente a la estación y nosotros con nuestro equipaje sería todo una odisea poder ubicarnos si es que lo lográbamos, así fue que buscamos la opción de un taxi pero ni se molestan en parar cuando ven extranjeros porque la mayoría de los taxistas no habla inglés y se evitan los inconvenientes para entender hacia donde nos dirigimos. Sin muchas opciones más comenzamos a caminar y así fue como llegamos al hostel. Por eso reitero la recomendación que hice en Shangai sobre tener la dirección del hostel escrita en chino. Una vez ubicados, cuando salíamos a hacer los paseos me reía sola, me resultaba increíble haber estado perdida a unas pocas cuadras del hostel sin saber que calle tomar.
El hostel superó ampliamente mis expectativas, es cómodo, muy limpio, cuenta con un restaurante interno a buen precio con comidas típicas de china y algunas americanas, para aquellos de paladar más convencional. Está ubicado en la zona de la ciudad prohibida, en una calle bien iluminada y transitada.me gustó su biblioteca comunitaria donde podes canjear libros (Allí fue donde conocí el libro “El Limón” que dio la tradición entre los estudiantes japoneses de dejar un limón en las estanterías de los comercios), el baño tiene secador de pelo y lavarropas (este último no lo he utilizado).
Ese mismo día visitamos el Mercado de Seda, me habían recomendado que haga las compras allí porque es muy barato. Me imaginaba una feria en las calles con colores y objetos artesanales del país, pero para mi sorpresa me encontré a algo parecido a un shopping de cinco pisos, comercios con vestimenta y calzado de imitación a marcas conocidas, y un piso, sí, de objetos chinos. Soy bastante apática a los grandes centros comerciales aunque reconozco que vale la pena para comprar calzado y algún souvenir como recuerdo, pero no dedicarle muchas horas, Me impresionó mucho el regateo, que es el lema de este lugar; los comerciantes fijan su precio al menos cinco veces por encima del precio regular, y se puede estar varios minutos negociando el precio final con calculadora por medio hasta llegar a un acuerdo, es muy actuada, es decir, el vendedor parece enojarse cuando le bajas el precio, pero al amagar con retirarte te persigue y te lo baja un poco más, y esto puede darse más de una vez en la misma negociación. Es divertido pero agotador, por eso pienso que es para no dedicarle más de dos horas.
Para que te hagas una idea de los precios, unos championes Nike, los ofrecen por Y 300 y los terminas comprando por Y 130 que serían algo así como USD 25 y los he mirado de cerca junto a los originales y no les encuentro diferencia y son muy cómodos. Unos souvenir cuyo precio era Y 100 terminaron en una negociación en Y 10, que serían unos USD 1,5.
Otro mercado que podes visitar a la noche que queda muy bonito con sus carteles luminosos y faroles es el de la calle Mangflujing. Los precios son similares que en el mercado de la seda y podes encontrar objetos típicos de china, abanicos, paraguas de papel, artesanías así como locales de las principales marcas de todo el mundo; pero lo que más me gustó es que con una radio y una música que catalogaría como bizarra habían personas bailando con una coreografía muy pacífica y todo aquél que pasara estaba invitado a sumarse, por supuesto que me uní a esta danza callejera que parecía romper con los esquemas de una ciudad tan transitada.
Adoro Beijing, sus callejuelas hermosas y a la vez moribundas, esas calles angostas alumbradas con bellos faroles, con sus tarros de basura desbordantes y la ropa gastada colgada en los balcones, las miro y me siento especialmente abrazada por su estética y calidez.
Como curiosidad muchas personas que utilizan tapaboca (mascarillas) al circular por la vía pública debido a la polución, pareciese que esté nublado, apenas se ve el sol detrás de las nubes de smog, las grandes fábricas y gasolineras están haciendo estragos en la calidad de vida de quienes viven en esta zona.
Al día siguiente viste la Ciudad Prohibida. En China es común que para cruzar las calles principales debas hacerlo a través de un túnel subterráneo, esto significa bajar las escaleras y avanzar para volverlas a subir, bastante engorroso pero más seguro, dado el desorden en el tráfico y la numerosa población de las ciudades. Por lo cual, luego de atravesar dos túneles subterráneos para cruzar dos esquinas llegué a la ciudad prohibida. No es muy fácil de dar con su entrada principal, es una manzana entera y no está señalizada, di vueltas hasta dar con una larga fila, la más larga que haya hecho en toda mi vida y no exagero. A unos metros de la entrada se encuentra la boletería que tampoco está señalizada mediante algún cartel en inglés. Luego sí te das de frente con tres puertas, por la del medio, que es a su vez la más grande, es la que, según cuenta la leyenda, solía entrar el Emperador. La entrada cuesta Y 60, alrededor de USD 9.
La Ciudad Prohibida es donde solía vivir el emperador, era un palacio Imperial de dos Dinastías: Ming y Quing. Por lo que leí el nombre origen en la Ciudad Púrpura Prohibida, que hace referencia a una constelación donde la estrella polar al igual que el emperador se ubica en el centro.
Al Palacio solamente podrían ingresar el emperador, sus hijos, concubinas (nótese el plural) y las personas que lo servían. En lo que al Emperador respecta, era el representante divino en la tierra, tenía poder completo en cuanto a la vida social, económica y cultural de los súbditos, reinaba de por vida y transmitía el trono de padre a hijo. En China hubo solamente una Emperatriz, sería la esposa del Emperador.
En la Ciudad, a medida que vas avanzando hay distintos aposentos del Emperador, donde se cambiaba, donde recibía sus visitas, donde celebraba eventos especiales, donde recibía a los gobernantes, son muchos kilómetros de recorrido. Los Palacios y patios tenían quemadores, que por lo que entendí lo utilizaban como perfumadores durante las ceremonias. También tiene un jardín con mucho verde.
Recorrer La Ciudad Prohibida me llevó aproximadamente entre 2 y 3 horas, caminando lento y tomando fotos y es hermoso revivir como vivía el emperador, más allá que no estoy de acuerdo con ese tipo de figuras, no deberías irte de Beijing sin recorrerlo. Fue declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
Me tocó un día lluvioso para conocer la Muralla China. Con mis compañeros contratamos un Tour para conocerla. El Hostel ofrecía ese servicio pero costaba Y 260, en la esquina una empresa privada ofrecía ese servicio a Y 130, algo así como USD 19, con la diferencia que ésta última no incluía almuerzo, nos terminó saliendo Y 10 más por la propina y peaje, así que tomamos esta opción. Existe otra forma de llegar que es en línea de ómnibus, hay que tomar dos líneas para llegar, es un medio de transporte muy económico, sólo que te llevará más tiempo y debes comprar el ticket al ingresar que son como Y 40, la opción es atractiva pero como me quedaba un día prefería aprovechar mejor el tiempo. El Tour tenía guía en inglés, que luego nos llevaría a conocer una galería de piedras de Jade, las tumbas Ming, la casa del té, una vista panorámica a la Villa Olímpica y al museo de la Seda. Nos llevó alrededor de una hora y media porque queda alejado de la zona de la Ciudad Prohibida.
Me sorprendió la longitud de la muralla, había leído que son 7.300 kilómetros, pero cuando vi esas escaleras altas y empinadas que me llevarían hacia lo más alto, agarré impulso y comencé la travesía.
La Muralla se construyó para defender de los ataques de las Tribus nómadas de Mongolia.No se tiene certeza sobre la cantidad de personas que dejaron su vida en la construcción de la muralla, ya sea por ataques de invasores o a causa del trabajo, pero es considerado el cementerio más largo del mundo.
Nos tomó una hora y cuarenta minutos para subir y bajar; y eso que no alcance la torre más alta.
Se ven muchos candados cerrados en los alrededores de la muralla, muchos con una cinta color rojo, supongo que simbolizan la unión, en Montevideo por la Av. 18 de Julio tenemos la fuente de los candados, donde las parejas dejan un candado alrededor de la fuente, con sus iniciales grabadas, haciendo un voto de unión hacia el futuro, supongo que estos candados simbolizarían algo similar.
De los paseos que realice en Beijing, el que más me gustó es la visita a la Muralla, sin lugar a duda, ofrecía una vista panorámica, mucho mejor cuanto más avanzas. Te impresiona lo extensa que es y te lleva a repasar la historia de la antigua china. Además es alejado de la ciudad, en una zona agreste.
Muy cerca de la Muralla, a unos diez minutos en coche, se encuentran las Tumbas Ming. No sé que me imaginaba al llegar, supongo que un cementerio con lápidas, pero en lugar de eso me encontré con tierra y a guía encima de donde estaría enterrado un emperador. Visualmente, es eso. Las tumbas pertenecen a 13 emperadores de la Dinastía Ming y están al pie de una colina.
Y así me despido de Beijing, unos días muy gratos ,si bien las ciudades no son lo que más me gusta reconozco que Beijing tiene su encanto, con sus adornos rojos con forma de globo colgados en las puertas de los comercios, con sus callejuelas escondidas contrastando las amplias avenidas muy transitadas incluso a la medianoche, sus puestos de comida callejera con muchos colores, los metros que en pocos minutos y a un precio muy accesible te permiten desplazarte de un lugar a otro, las construcciones arcaicas, la muralla china, la ciudad prohibida, conservan vivo el pasado antiguo de china.
Ahora me esperan unas 11 horas en Tren Nocturno con destino Xia´n.
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Cuánto estás aprendiendo y viviendo amiga! =) Sigue así, dando cada paso con tanta firmeza. Amo te !!!
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